Etimología

Esta terminología se halla constituida por lexemas del latín y presenta el sentido etimológico de “relacionado con la expansión de un estado de alegría o generosidad”. La componen el prefijo ‘ex’, que indica que se dirige hacia afuera, junto con el vocablo ‘fusus’, que significa derretido, fundido, y la concluye el sufijo ‘ivo’, que indica una relación activa o pasiva.

Si una persona es o no efusiva, se debe en gran medida al ambiente cultural en el que se ha desenvuelto. En determinados países y regiones, la gente suele ser parca y distante, fría a la hora de expresar sus emociones. Pero en otros lugares, es normal que todos sean dados a comunicar sus pasiones y se caractericen por ser abiertos, cálidos y poco tímidos. En pocas palabras: personas efusivas.

Alguien podría ser efusivo en cierto ámbito y a la vez, parco en otros. de hecho, ser efusivo se relaciona con el entusiasmo o las situaciones. Un joven tiende a ser efusivo ente su grupo de amistades y familiares, pero en su contexto laboral, presenta una faceta de introvertido, puesto que no existe confianza suficiente entre compañeros.

La palabra efusivo, al igual es posible emplearla en la medicina, con la noción del derramamiento de la sangre, a pesar de que en este caso el sustantivo vinculado es efusión, pero no efusividad. En consecuencia, si la idea es referirse al sangrado efusivo, se habla de una circunstancia en la que la sangre se desborda saliéndose del cuerpo a gran velocidad, tal como ocurre en accidentes y patologías que deben ser tratadas de manera inmediata.