Etimología

Este vocabulario etimológicamente es de procedencia latina, bajo la denominación ‘fiscālis’, con la misma acepción.

El fiscal, igualmente es el individuo que obra en representación del ministerio público, en los tribunales. Dicho Ministerio Público también es denominado Fiscalía General de la Nación, o Procuraduría General. Se trata de una entidad del Estado, que tiene como misión representar a la comunidad afectada, por medio de procesos investigativos de delitos. Muchas veces debe velar por la protección de víctimas y testigos.

En tal sentido, un fiscal es un funcionario público que se encarga de dirigir la pesquisa delictiva y el avance de los procesos legales de índole pública. La legislación determina el territorio que debe abarcar, sus distintas funciones y sus horarios laborales. Casi siempre, el fiscal se encuentra facultado para ordenar y ser obedecido por la policía. Goza de autonomía e independencia, por lo que su cargo es de altísima responsabilidad.

También es un término que se usa frecuentemente en el argot popular, para hacer alusión a alguien que busca, investiga o saca a la luz comportamientos de otros individuos. Por ejemplo: “Cuéntale que podemos reunirnos en el salón comunal, pero Carlos va a ser el fiscal para cerciorarse de que no vaya a hacer nada extraño”.

En el desarrollo de un juicio oral, un fiscal se encarga de organizar todo lo que concierne de la acción penal, por medio de una debida acusación. Con ese fin, se ve en la necesidad de analizar minuciosamente el caso, en lo que se denomina como fase preparatoria. De ese modo, debe demostrar ante el público en el juicio, que en efecto se ha cometido un delito y aquella persona que lo ha llevado a cabo o tiene alguna responsabilidad en ello, es el imputado. Entonces, debe contar con todas las pruebas necesarias, que corroboren que el acusado está estrechamente involucrado.

La palabra ‘fiscal’, al igual posee una connotación política. Se habla de “política fiscal”, definida como un recurso fundamental de los Estados, para conducir las riendas de la economía de la nación, por medio del recaudo de impuestos y la imposición de gastos públicos, con el objetivo de conseguir las metas económicas en el país.