Definición
Sustantivo femenino que hace referencia de estar en desacuerdo u oposición ante una acción, circunstancia o un evento.
Etimología
Esta terminología se deriva de la voz latina ‘inconformitas’, con la acepción de cualidad de mostrar rebeldía ante los prototipos y preceptos convencionales. Asimismo, alude a la cualidad de no presentar una forma idéntica. Se estructura con el prefijo ‘in’, que en este caso es una negación, en combinación con la partícula ‘con’ (junto), más el vocablo ‘forma’ (imagen). Finalmente, el sufijo ‘dad’, propio de una cualidad.
Se trata de un estado psicológico y subjetivo, caracterizado por percibir que las expectativas no se realizan antes de determinados factores. Casi siempre, tiene que ver con una circunstancia positiva o negativa, porque la idea surge de la necesidad de mejorar, así como de la búsqueda de los valores individuales y los asuntos que se consideren como una prioridad en la existencia.
Todos los seres humanos, en algún instante, han sentido inconformidad por algo que se hubiese querido sucediera de otro modo. Esta sensación conlleva a gran escala a sentirse inconforme, incluyendo cuando las situaciones se resultaron desarrollando no tan infortunadamente. No obstante, en ciertos individuos, este sentimiento se prolonga y puede convertirse en una inconformidad crónica, misma que es la tendencia de generalizar el desacuerdo en cada área de la vida.
La inconformidad desorbitada es originada por problemas afectivos y trastornos del ánimo, como vivir deprimido. En tal efecto, la inconformidad se ve acompañada de nostalgia, frustración y apatía.
Igualmente, se desencadena por la falta de realizaciones personales, en virtud de la percepción individual, estimando que todo lo que ocurre en la existencia no tiene nada que ver con la meta que se ha planteado, bien porque no se cuenta con la capacidad de hallarlo o conseguir que se determine, o porque situaciones o terceros han obstaculizado el triunfo.
Pero no sólo se siente inconformidad consigo mismo y la propia vida, sino también en diversos contextos y no precisamente, con una connotación negativa, pues en variadas ocasiones es positivo sentir una sana posición contraria a la realidad.
La inconformidad se transforma en un problema para ser feliz, en el momento en que se torna en una actitud para todo en la vida, en una tendencia muy marcada en la personalidad. Alguien inconformista suele preguntar cosas, discernir acerca de la realidad de las cosas, no le satisface plenamente que sucedan de cierta forma, cuando pudiese ser distinto y mejor.
La inconformidad social se ve reflejada en marchas y manifestaciones públicas. Debido a los malos manejos de las regiones y naciones, se genera un malestar colectivo y se suelen presentar paros, revueltas y demás, para hacer sentir la posición del pueblo y exigir cambios. En la actualidad crece cada día más y ha conllevado incluso, a derrocamientos políticos en el poder.
Algo que eleva notablemente este sentimiento de inconformidad social, sin duda alguna es la inflación, que ha afectado de manera considerable a millones de personas, con altos precios de vivienda, combustibles, alimentos y en general, del costo de vida.