Etimología

El término se deriva de la voz latina ‘iteractio’, con el significado etimológico de “acción entre dos o más cosas o personas”. Se estructura con el prefijo ‘inter’ (entre), sumado al vocablo ‘agere’, verbo que alude al acto de mover o impulsar hacia adelante, en combinación con el sufijo ‘ción’, indicador de una acción y resultado.

Esta noción se utiliza en numerosos contextos científicos, tecnológicos y humanistas, otorgándole, según sea el ámbito, un sentido distinto. No obstante, éste en todos los casos conserva el sentido primario: abarca a distintas cosas que se interrelacionan y afectan entre sí, dando importancia a las circunstancias presentes alrededor.

En lo concerniente de la física, se diferencian cuatro clase de interacciones principales entre las partículas: 1. La nuclear fuerte. 2. La nuclear débil. 3. La gravitatoria. 4. La electromagnética. La más famosa es la gravitatoria, además de que representa el mayor enigma para los científicos, teniendo en cuenta que afecta a absolutamente todos los cuerpos, incluyendo a los que no tienen carga o incluso no poseen masa, como ocurre con el fotón.

En cuanto la medicina, se denomina interacción farmacológica, al fenómeno que ocurre al alterarse los efectos de los fármacos, como consecuencia de consumir alimentos u otros medicamentos. Los efectos de unos y otros pueden ser contrarios, aunque algunas veces existen fármacos que se complementan y repotencian los resultados, dando lugar a sobredosis o efectos secundarios.

En el presente, este término se relaciona más que todo, a los smartphones y dispositivos electrónicos con pantallas táctiles, tecnología que ha revolucionado la forma de interacción entre las personas, la información, la comunicación, el ocio y el entretenimiento. La televisión por ejemplo, se ha tornado interactiva en plataformas virtuales como YouTube, donde los espectadores disfrutan de una nueva era en los productos audiovisuales.