Definición
Sustantivo femenino. Este vocabulario se emplea en medicina y psicología universalmente, para designar el deseo erótico de un individuo.
Etimología
El término ‘libido’ surgió del latín y se halla asociado con el deseo erótico y pasional. A pesar de que culmina en ‘o’, se trata de un neologismo femenino, por lo tanto es “la libido”. Se hizo muy popular gracias a los trabajos del psicoanalista Sigmund Freud, en el siglo XIX y parte del XX. La acepción etimológica es ‘deseo lujurioso’ y se encuentra vinculada a la raíz de origen indoeuropeo ‘leubh’, que significa ‘amor’.
En el campo de la medicina, esta palabra se emplea para hacer alusión directa del instinto sexual. Gran parte de los galenos, profesionales de la psicología y la psiquiatría, estiman que un grado de libido menor a lo natural, constituye en sí una enfermedad. Se cree que sus causas generalmente se deben a un trastorno de las emociones, anclado a un cúmulo de factores de tipo depresivo.
Dentro de la teoría del psicoanálisis de Freud, la libido hace referencia de la energía de la pulsión, como denominó el científico al efecto propio de la conversión energética de las pulsiones, lo cual siempre correspondería a una motivación sexual.
De acuerdo con esta perspectiva, la mente es un mecanismo que logra equilibrarse gracias al dualismo entre inclinaciones o pretensiones contrarias, es decir, pulsiones o fuerzas, que en otras palabras es la energía psíquica esencial que moldea la conducta hacia un objetivo y cuando lo obtiene, se descarga. Dicha energía que se halla en la dialéctica de la psicología humana, se denomina libido.
Por lo común se lee o se escucha ‘líbido’, con tilde en la ‘í’. No obstante, de ese modo es erróneo. La forma válida es ‘libido’, con el acento no en la primera, sino en la segunda ‘i’.