En el contexto religioso, hace alusión de la tendencia hacia los hábitos y la vida clerical. En cuanto al mundo se refiere, alude a la inclinación de alguien por seguir una actividad específica, arte, oficio o profesión.

Se habla de la orientación vocacional, que consiste en un proceso a través del que se brinda una asesoría a un joven, para que se percate con claridad de sus cualidades y aptitudes que le sirven para desempeñar alguna profesión, arte u oficio.

Consta de un cumulo de actividades y técnicas, que se diseñan con el propósito de indagar las habilidades de un individuo, sus motivaciones e intereses, al igual que tener en cuenta las posibilidades académicas que se poseen, así como las opciones concretas en el mercado laboral.

Casi siempre, la orientación vocacional se trabaja con adolescentes y población juvenil, que se halla cerca de concluir su formación escolar secundaria y próxima a ingresar a cursar los estudios universitarios.

La idea de la orientación vocacional es ofrecer una guía al estudiante que se halla en el momento de elegir su carrera, según sean sus expectativas, alternativas, capacidades y fortalezas. Es de vital importancia equiparar la vocación a la oferta del mercado laboral del individuo, en virtud de los requerimientos del sistema.

Aparte de asesorarlo en seleccionar su profesión, también esta orientación ofrece un acompañamiento en toda la preparación, el ingreso al ejercicio de su profesión y un seguimiento en el desarrollo de la carrera.