Definiciona

acoger

A - marzo 25, 2023

Definición

Es un verbo activo transitivo se define como una persona que permite en su casa o tener la compañía de alguien. Servir de hospedaje o de alojamiento de alguien. Auxilio, proteger o de amparar alfo. Refugiarse, termino que se usa como verbo pronominal.

Etimología

Esta terminología tiene su origen etimológico en el latín «accipere», que significa «recibir» o «aceptar». Esta palabra se compone de dos raíces latinas: «ad», que significa «hacia» o «a», y «capere», que significa «tomar» o «recoger«. A su vez, la raíz «capere» tiene su origen en la raíz indoeuropea «kap-«, que significa «agarrar» o «coger». Debido a su origen en el latín, la palabra «acoger» se encuentra en varios idiomas derivados de esta lengua. Por ejemplo, en español se utiliza como «acoger», en italiano como «accogliere», en francés como «accueillir», en portugués como «acolher» y en catalán como «acollir». También se puede encontrar en otros idiomas no derivados del latín, como el euskera, donde se utiliza como «ongi etorri» y en gallego como «acougar».

En cuanto a su significado, se utiliza para referirse a la acción de recibir o aceptar a alguien o algo de manera amable y generosa. También puede utilizarse para referirse a la acción de albergar, proteger o dar refugio a alguien o algo. Además, en algunos contextos se utiliza para referirse a la aceptación de una propuesta o idea.

Acoger a los refugiados

Acoger a los refugiados es un acto de solidaridad y respeto a los derechos humanos que beneficia tanto a las personas que huyen de la violencia y la persecución como a los países y comunidades que los reciben. Según el Pacto Mundial sobre los Refugiados, los Estados se comprometen a apoyar a los países que asumen la responsabilidad de acoger a refugiados y a facilitar su inclusión y autonomía.

La inclusión de los refugiados implica garantizar su acceso a los servicios nacionales del país de acogida, así como a los planes de desarrollo, con el objetivo de ayudarles a progresar, fomentar su participación y disminuir la dependencia de la ayuda humanitaria. La inclusión también significa reconocer y valorar la diversidad cultural y las contribuciones de los refugiados a la sociedad. La inclusión es clave, ya que como se reconoce en el Pacto Mundial “los campos de refugiados deberían ser la excepción” y una medida temporal en casos de emergencia.

Acoger a los refugiados también implica ofrecerles un entorno seguro y digno, donde puedan ejercer sus derechos y deberes como ciudadanos. Acoger a los refugiados también significa protegerlos de la discriminación, la xenofobia y la violencia. Acoger a los refugiados también supone facilitar su integración social, laboral y educativa, así como su acceso a la salud, la vivienda y la justicia. Acoger a los refugiados también requiere promover el diálogo intercultural y el respeto mutuo entre las personas refugiadas y las comunidades de acogida.

Acoger a los refugiados es un desafío que requiere la participación de todos: gobiernos, organizaciones internacionales, sociedad civil, sector privado y medios de comunicación.

Acoger a los inmigrantes

Acoger a los inmigrantes es un acto de solidaridad y respeto a los derechos humanos que beneficia tanto a las personas que llegan como a las que los reciben. Los inmigrantes aportan diversidad, riqueza y talento a las sociedades de acogida, y contribuyen al desarrollo económico y social de los países. Sin embargo, acoger a los inmigrantes también implica una serie de desafíos y responsabilidades para garantizar su integración y su bienestar.

Algunas de las acciones claves para proteger y asistir a los inmigrantes en condición de vulnerabilidad son:

  • Fortalecer la capacidad de los gobiernos y la sociedad civil para gestionar de manera integral la migración y responder a las necesidades de las personas migrantes más vulnerables.
  • Coordinar esfuerzos entre gobiernos para facilitar la gobernanza en las migraciones.
  • Sensibilizar y hacer partícipes a las comunidades de origen, tránsito y destino.
  • Promover el acceso de los inmigrantes a los servicios nacionales del país de acogida, así como a los planes nacionales de desarrollo.

Existen experiencias exitosas de países que han logrado acoger e integrar a los inmigrantes en sus comunidades, ofreciéndoles herramientas para autoabastecerse y potenciar sus capacidades. Por ejemplo:

Uganda ha sido reconocido por su modelo de acogida que permite a los refugiados producir su propia comida y generar ingresos para poder vivir.

Etiopía ha empoderado a las mujeres refugiadas mediante acciones formativas que les permiten aprender nuevas habilidades.

Canadá ha facilitado la inserción laboral de los refugiados sirios en distintos sectores productivos.

Acoger a los inmigrantes es una oportunidad para construir una sociedad más justa, inclusiva y diversa. Desde Cruz Roja, se brinda apoyo integral a las personas inmigrantes mediante programas de acogida, orientación legal, formación e integración social.

Acoger en el ámbito familiar

Acoger en el ámbito familiar es una forma de brindar protección y cuidado a los niños, niñas y adolescentes que, por diversas razones, no pueden vivir con sus familias biológicas. El acogimiento familiar puede ser temporal o permanente, según las circunstancias de cada caso y el interés superior del menor.

El objetivo del acogimiento familiar es ofrecer un entorno familiar adecuado que garantice el desarrollo integral del menor, respetando su identidad, su historia y sus vínculos con su familia de origen. El acogimiento familiar se formaliza con el consentimiento de la administración pública competente, de los titulares de la patria potestad o tutela, de la familia acogedora y, en su caso, del propio menor.

La familia acogedora asume la obligación de velar por el menor, tenerlo en su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral, participando plenamente en la vida familiar.

La familia acogedora también debe colaborar con la administración pública y con los servicios de apoyo al acogimiento familiar, que se encargan de realizar el seguimiento y la evaluación del acogimiento. La familia acogedora debe recibir una formación específica que le ayude a comprender las necesidades y las características de los menores acogidos, así como a afrontar los posibles retos y dificultades que puedan surgir durante el proceso.

La familia acogedora debe tener motivaciones adecuadas y compartidas para el acogimiento familiar, sin prejuicios ni discriminación respecto al sexo, la etnia o cualquier condición sociofamiliar de los menores a acoger. La familia acogedora debe respetar la voluntad del menor y facilitar el contacto con su familia biológica, siempre que sea posible y beneficioso para el menor.

El acogimiento familiar es una medida de protección de la infancia que implica un compromiso solidario y responsable por parte de la familia acogedora, que contribuye a mejorar la calidad de vida y el bienestar de los menores que se encuentran en situación de desprotección.

Acoger en el ámbito laboral

Acoger en el ámbito laboral es una práctica que beneficia tanto a las personas como a las organizaciones. Se trata de crear un ambiente de trabajo donde todos se sientan bienvenidos, respetados y valorados por sus aportes y capacidades.

Acoger en tal caso, implica reconocer la diversidad y la riqueza que aporta cada individuo, así como facilitar su integración y desarrollo profesional. Acoger también significa ofrecer condiciones laborales justas y equitativas, así como oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Se trata de una forma de fomentar la motivación, el compromiso, la innovación y la productividad de los equipos de trabajo.

Acoger en el ámbito educativo

Acoger en el ámbito educativo significa crear un clima de confianza, respeto y apoyo entre los miembros de la comunidad educativa, especialmente entre el profesorado y el alumnado. La acogida implica reconocer la diversidad de necesidades, intereses y capacidades de cada persona, y ofrecer una respuesta adecuada a las mismas.

La acogida también supone favorecer la participación, la comunicación y la colaboración entre todos los agentes educativos, así como promover el desarrollo integral y el bienestar de cada individuo. Consiste en una actitud que se refleja en las prácticas pedagógicas, en la organización del centro, en las relaciones interpersonales y en el clima escolar.

Acoger a personas en situaciones difíciles

Acoger a personas en situaciones difíciles es una tarea que requiere de sensibilidad, empatía y compromiso. No se trata solo de ofrecer un espacio físico donde puedan alojarse temporalmente, sino también de brindarles apoyo emocional, orientación y recursos para que puedan superar sus problemas y recuperar su autonomía.

Algunas de las situaciones difíciles que pueden llevar a una persona a necesitar acogida son: la violencia de género, el abandono familiar, la pobreza extrema, el desplazamiento forzado, la persecución política o religiosa, la adicción a las drogas o el alcohol, entre otras. Cada caso es único y requiere de una atención personalizada y adaptada a sus necesidades.

Para acoger a personas en situaciones difíciles se deben tener en cuenta algunos aspectos importantes:

  • Respetar su dignidad y sus derechos humanos. No juzgarlos ni discriminarlos por su condición o su historia. Reconocer sus capacidades y potencialidades.
  • Escucharlos activamente y mostrar interés por su situación. Ofrecerles un espacio seguro donde puedan expresarse libremente y sentirse comprendidos. Validar sus emociones y ayudarles a gestionarlas de forma positiva.
  • Informarles sobre los recursos disponibles para ellos. Orientarles sobre los trámites legales, administrativos o sociales que deban realizar. Facilitarles el acceso a servicios básicos como la salud, la educación o el empleo.
  • Acompañarles en su proceso de integración social. Fomentar su participación en actividades culturales, deportivas o recreativas que les permitan relacionarse con otras personas y crear vínculos afectivos. Promover su autonomía e independencia económica.
  • Establecer límites y normas claras de convivencia. Definir los roles y responsabilidades de cada uno dentro del hogar. Respetar los espacios y tiempos personales. Resolver los conflictos de forma pacífica y constructiva.

Acoger a personas en situaciones difíciles es una forma de solidaridad humana que puede generar beneficios tanto para quienes reciben como para quienes ofrecen la acogida. Se trata de un intercambio mutuo de experiencias, aprendizajes y valores que puede enriquecer la vida de ambos.

La importancia de sentirse acogido

Sentirse acogido es una necesidad humana básica que influye en nuestro bienestar físico, emocional y social. Cuando nos sentimos acogidos, experimentamos un sentido de pertenencia, de seguridad y de confianza. Nos sentimos valorados, respetados y apoyados por las personas que nos rodean. Esto nos permite desarrollar nuestra identidad, nuestra autoestima y nuestras habilidades relacionales.

Por el contrario, cuando no nos sentimos acogidos, podemos sufrir aislamiento, rechazo o discriminación. Estas situaciones pueden generar estrés, ansiedad o depresión. También pueden afectar negativamente a nuestra salud, nuestro rendimiento y nuestra motivación. Nos sentimos solos, incomprendidos y vulnerables.

Por eso es importante fomentar la cultura de la acogida en todos los ámbitos de nuestra vida: familiar, laboral, educativo y social. La acogida implica reconocer la diversidad y la riqueza de cada persona. Implica escuchar con atención y empatía. Implica ofrecer ayuda y colaboración. Implica crear espacios de diálogo y convivencia.

La acogida es un valor que nos beneficia a todos. Nos hace más humanos y más felices.