Definición
Sustantivo masculino. Se trata de una hormona cuya función es incrementar el grado de glucosa en el torrente sanguíneo, así como equilibrar el organismo de la ausencia de glucocorticoides.
Etimología
Esta terminología presenta la connotación de “hormona producida en la región de la corteza suprarrenal, con características antiinflamatorias”. Se estructura con lexemas del latín, comenzando con el vocablo ‘cortex’, asociado con la raíz de origen indoeuropeo ‘ker’ (cortar) y de la cual surgió la palabra ‘corteza’. En combinación con el sufijo ‘ol’, empleado para denominar compuestos del conjunto de los alcoholes.
En ocasiones estresantes, el cuerpo entra en estado de alerta y desencadena una serie de procesos defensivos, enfocados en minimizar la afección que pueda generar el estrés. Todo ese mecanismo se activa gracias a la influencia del cortisol.
Casi siempre, cuando se halla cortisol en el organismo, se califica como algo malo, empero la realidad es que si esta sustancia obra durante un lapso pequeño, puede conseguir muchos beneficios en el cuerpo.
Gran parte de la gente cree que el cortisol sólo es exclusividad del estrés. No obstante, hablamos de una hormona segregada por las glándulas suprarrenales, mismas que se encuentran en la parte superior de los riñones. El cortisol se produce debido a las señales que emite la hipófisis.
El cortisol es capaz de inhibir el sistema inmunológico, factor que permite al organismo utilizar toda la vitalidad disponible, para combatir el estrés.
El incremento de esta sustancia en el organismo, ayuda a volver más sensibles los receptores de corticoides, propios de determinadas células inmunitarias. Es el cortisol el responsable de poner en marcha o reducir una inflamación, para que de ese modo se proteja al cuerpo de problemas significativos.
Además, contribuye a mantener la presión arterial y a equilibrar la cantidad de agua y minerales que se hallan en la sangre, involucrando el buen funcionamiento de musculatura y estructura ósea.
El grado de cortisol en el torrente sanguíneo varía a lo largo del día, en una persona, como resultado de que esta hormona se secreta según sea el nivel de actividad. Casi en la mayoría de los seres humanos, hay más cortisol en horas matutinas, que en la tarde y noche.
Otra de las funciones del cortisol es disminuir el grado de insulina, ocasionando una hiperglucemia por medio de estimular el proceso de gluconeogénesis hepática y la desactivación del uso periférico de la glucosa. Aun así, el cortisol acrecienta el proceso de la síntesis de glucógeno en la región hepática.
Se ha experimentado con ratones, que el colágeno se ve muy afectado por la acción del cortisol en la piel, en mucho mayor intensidad que en otros tejidos.
Si una persona se ve envuelta en algún peligro, como por ejemplo temer que un perro de grandes dimensiones la ataque, puesto que el can se encuentra ladrándole con fuerza y agresividad, entonces el hipotálamo en el cerebro, envía señales de alarma al cuerpo. Por medio de un conjunto de estímulos nerviosos y de secreciones hormonales, tal sistema de alerta conlleva a las glándulas suprarrenales a producir una gran cantidad de hormonas, como el cortisol y la adrenalina.