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Definición
Sustantivo femenino. Consiste en una sustancia química que segregan algunos organismos, como insectos, o mamíferos, que resulta incidiendo en la conducta de otros semejantes de igual especie.
Etimología
Esta terminología corresponde a un neologismo biológico, derivado de la expresión griega ‘pherein’, que traduce al español “transportar”, una partícula que liga la consonante del final con las iniciales de dos vocablos, como por ejemplo en el caso de “gonorrea”, “rizófago”, “gastronomía”, etc. en combinación con el vocablo ‘hormón’, forma del presente participio del verbo ‘horman’ (excitar), propio de ‘hormé’, entendido como un impulso, sumado al sufijo ‘a’, constituyente de sustantivos.
De manera que, la connotación etimológica de esta palabra radica en “algo que incita la excitación o genera determinada reacción”.
Una feromona es una sustancia que determinados seres secretan en una cantidad mínima y genera una reacción especial en otros miembros de su especie. Se ha observado claramente en crustáceos, mamíferos, insectos, aunque no en las aves. Incluso, en las plantas, como en el caso de las algas, levaduras, algunas clases de moho, hongos, entre otros. En las personas sucede de modo similar, siendo un aspecto crucial en la sexualidad y la reproducción.
Según sea la reacción que desencadenen, se puede clasificar el tipo de feromona: de agregación, sexuales, de alarma, territoriales o supresoras. Otro ejemplo muy diciente, es cuando algunas mascotas se restriegan contra las paredes o contra el cuerpo de sus amos, con el fin de marcar territorialidad. Algunos, también orinan ciertos lugares con ese propósito.
Fue en la especie Bombix mori de los gusanos de seda, en una hembra adulta, que se pudo aislar por primera vez una feromona, en la década de los 50’s, en un trabajo realizado por el científico Adolf Friedrich Johann Butenandt. Dicha feromona fue bautizada por aquel bioquímico de origen alemán, como Bombikol.
La noción acerca de comunicación química entre seres vivos no es algo moderno, sino que deviene de milenios atrás. Los griegos antiguos ya sabían que los perros entran en una temporada de celo y las hembras expulsan sustancias que atraen a los machos. En el siglo XIX, Charles Darwin ya advertía acerca de la influencia de determinados mensajes químicos, en la elección de las parejas, algo que describió en su obra intitulada “The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex”.
Esta palabra en inglés, ‘pheromone’ fue autoría de los científicos Peter Karlson, de Alemania, y Martin Luschen, de Suiza, en el año 1959. El término figuró en la revista Nature, de Gran Bretaña, en la edición de enero del 59 y a la letra decía:
«Proponemos la designación de Pheromone (Feromona) para este grupo de sustancias activas… Las pheromones (feromonas) se definen como sustancias que son secretadas hacia el exterior por un individuo y recibido por otro de la misma especie, en el cual provocan una reacción específica…»
Muchos perfumes utilizan feromonas de algunos animales, como las de los conejos, para intensificar el aroma y el efecto de atracción hacia el sexo opuesto, algo que ha demostrado resultados muy efectivos. Las lociones más costosas, suelen contener feromonas.