Definiciona

y (letra)

Referencia, Y - mayo 31, 2019

Definición

La “Y, y” constituye la vigesimosexta letra que puede encontrarse en el alfabeto español. Igualmente puede encontrarse en el alfabeto latino másico. Cuenta con dos formas: Y para la mayúscula, mientras que la minúscula se represente con la letra y. Con respecto a su nombre, la Real Academia Española de la Lengua propone que se designe como ye (singular) o yes (plural). Sin embargo, cuando esta letra se pronuncia como vocal, entonces por costumbre se hace referencia a ella como la “i” griega.

Etimología

esta letra puede rastrearse entonces hasta un antiguo jeroglífico egipcio, que cuenta con forma de espiral, y que se cree que hacía alusión al cuerno del carnero. En este sentido, entonces la letra Y comparte origen con algunas otras letras, como por ejemplo la U, V o W.

Por igual, la lengua protosemítica, tuvo el equivalente de la Y en la letra Waw, la cual era representada como una llave. Así mismo, los fenicios tuvieron también su equivalente en la letra Waw, la cual aunque coincidía en nombre con la usada por la lengua protosemítica, en realidad tenía la forma de una y rústica y redondeada.

Posteriormente, en el etrusco se encuentra una forma rústica de Y, que pareciera más una r invertida. En el griego la equivalente es la letra ípsilon «υψιλον» (ypsilon) Υ o υ, la cual era pronunciada como una “y simple”, cumpliendo con la función de diferenciarse de la grafía “oi” y que fue variando en el tiempo, siendo pronunciada como /u/, /y/ o finalmente /i/.

Más adelante, los romanos, tomaron esta letra, y la transcribieron como letra V. No obstante, hacia el siglo I a.C., la incorporaron en su escritura para transcribir palabras de origen griego, que presentaran esta letra, de ahí su nombre de “y griega”. Por eso, es hasta el latín moderno que se incluye en el alfabeto.

Durante algunos siglos, la “y” y la “i” cumplieron el papel de vocal Es en el año 1726 cuando la Real Academia Española decide colocar orden en el asunto, designando la función de vocal tan solo a la letra “i”, mientras que la “y” fue asumida como consonante y como una semivocal, cuando se encuentra en diptongos y triptongos, que aparecen al final de una palabra Igualmente, su realización equivale a una vocal, cuando se encuentra sola, y cumple el papel de conjunción.

Valor fonético

Con respecto su realización en el Habla, la letra Y cuenta con varias realizaciones, según el lugar que ocupe tanto en la palabra, como en la oración En este sentido, la letra Y cuenta con los siguientes valores fonéticos:

1.- Cuando es pronunciada como una consonante entonces es realizada como una consonante palatal sonora fricativa. Sin embargo, si la “y” cuando es pronunciada como consonante, precede un sonido nasal, su realización corresponde a una africada.

2.- Un caso especial de pronunciación de la “y” como consonante sucede en el sur de América, específicamente en Argentina y Uruguay, en donde cuenta con un fenómeno lingüístico, conocido como rehilamiento, lo que hace que se pronuncie como una fricativa postalveolar sonora. Sin embargo, en Argentina, sobre todo en la capital, este sonido va ensordeciéndose, pronunciándose la “y” entonces como una fricativa postalveolar sorda, realizándose como un fonema parecido a la /sh/.

3.- Cuando funciona como vocal, cuenta con una realización idéntica a la /i/.

Usos de la Y

Así mismo, la “Y, y” cuenta con dos usos bien definidos en la Lengua española. A continuación, una explicación de cada uno de ellos:

Como grafema

En primer lugar, la letra “Y” constituye un grafema de la lengua española, puesto que conforma una letra con la cual se crean palabras, en la medida que se combina con otras letras o grafemas pertenecientes también a esta lengua.

Como partícula gramatical

Por otro lado, la letra “y” también puede tener una función gramatical, funcionando entonces como una conjunción copulativa, en tanto sirve para unir palabras o sintagmas en una oración. Así mismo, como conjunción copulativa puede servir para introducir la idea de repetición (años y años). También sirve para introducir el último elemento de una enumeración.