Etimología

Esta palabra viene del sustantivo «célula» y del sufijo «ar» que en los adjetivos indica significa condición, relativo o pertenencia.

Este adjetivo desde el ámbito de la Botánica y la Anatomía, se refiere a aquello que está estructurado por celdillas, mismas que sirven como canales para que los jugos nutricios se transporten. O simplemente, designa a algo que se halla constituido de celdillas.  Antes de los teléfonos móviles, se usaba más que todo para referirse a las prisiones y lugares penales, donde eran retenidos de su libertad aquellos que delinquieron y violaron las leyes. La idea era que quedaran por completo incomunicados.

El término se compone lingüísticamente por la palabra cellula, que traduce “pequeña celda”, que a su vez se desprende de una raíz de origen indoeuropeo: cella (color, ocultar) junto con el sufijo ‘ula’, notable en palabras como cápsula, partícula o molécula. Sumado también al sufijo ‘aris’ que en su estado natural es ‘alis’, pero por efecto de disimilación, adquiere esa nueva forma, con la condición de que en la raíz del término ya se emplee una ‘l’, como por ejemplo capilar, espectacular, etc.

El inicio del término ‘celular’ en la telefonía móvil

El origen de este término que designa a los teléfonos móviles resulta bastante peculiar, debido a que surge de la acción propia de las estaciones que sirven para enviar las señales de información, que cumplen con enlazar vía señal de radio para los aparatos celulares con los controladores de donde se emiten las ondas de señal de esos teléfonos, estaciones constituidas por una forma enmallada, como si fuesen células o celdillas muy similares a las que podríamos ver en un panal de abejas. Es de ahí que surge esa designación de “dispositivo celular”.

Las antenas se hallan recubiertas con unas zonas especiales llamadas células. En varios casos se utilizan tres antenas con el objetivo de alcanzar a cubrir los 360 grados y cuentan con un alcance específico, por lo que más allá de éste, se debe contar con otra antena que brinde cubrimiento al área o célula.

La palabra acertada para denominar este artefacto telefónico, según algunos especialistas, debería ser “teléfono portátil”, pues es posible afirmar que un móvil igualmente podría tratarse de un teléfono inalámbrico.

En el año 1940, una de las empresas norteamericanas de mayor renombre, AT&T, comenzó a ofrecer esta clase de servicios en San Luis de Misuri, empleando un transmisor exclusivo que podía soportar seis canales de transmisión. Lamentablemente, el servicio se hizo tan famoso, que en un corto periodo de tiempo quedó por completo bloqueado.

En qué consiste una célula emisora de señal

Se debe hablar de celdas para una mayor comprensión. Una celda consiste en un espacio de cobertura que brinda la antena transmisora – receptora. Esta área de espacio que abarca, obligatoriamente debe caracterizarse por su forma de hexágono.

Pero sin duda, se le atribuye a las acciones que llevó a cabo AT&T, la compañía que ayudó a facilitar este sistema de transmisión y captación de ondas de información, reemplazando aquel único transmisor, en un complejo sistema de red de transmisores de baja potencia, de los que cada uno asumía el trabajo de soportar un área en específico o “célula” y precisamente de aquí, se desprende la terminología de “telefonía celular”, misma que no para de crecer y evolucionar con los días y los años.