Etimología

El término ‘modernidad’ se encuentra estructurado con lexemas del latín y su acepción es “cualidad de la era presente”. La compone el vocablo ‘modernus’, que significa ‘actual’, junto con el sufijo ‘dad’, que hace alusión a una cualidad.

Se trata de un periodo en la historia que se distingue por un cúmulo de formas de pensar y de transformaciones trascendentales en la civilización de occidente, tanto a nivel económico, político, científico, espiritual, cultural y filosófico. De hecho, se considera como uno de los tres grandes periodos de la historia del mundo: “Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna”.

De modo convencional, se relaciona el concepto de modernidad con el sentido de cambio radical del paradigma dominante, que era la Edad Media, en todos los ámbitos. La era de la modernidad comenzó en el siglo XV, como resultado de relevantes acontecimientos que abarcan la colonización española en América, el desarrollo de la imprenta, la revolución de la ciencia y la religión, esta última liderada por Martín Lutero, entre otros.

En este periodo histórico se han presentado modificaciones significativas en todo lo que concierne de la percepción del mundo y el papel que desempeña el hombre en el planeta. Ya no es la religión la que se impone sobre la ciencia y la razón, sino viceversa. Ya no es el mito la única explicación impuesta y dada como válida, sino que se encausan numerosas investigaciones de diversos fenómenos, utilizando el método científico. En la modernidad, el centro de todo es el ser humano.

Las naciones cambiaron para siempre su organización, pues el Estado que otrora era gobernado por el clero y la monarquía, fue reemplazado por el poder republicano, que promulgaba justicia y razón.