Esta letra se origina, desde un punto de vista filológico, del jeroglífico egipcio “ut”, el cual era dibujado como un gancho, que refería a un jaguar: labo. Posteriormente, el símbolo pasó a la lengua protosemítica, en donde es dibujada como un “l” ganchuda.

Así mismo, la letra pasó a la lengua fenicia, en donde recibió el nombre “Lamed”. De ahí, a la escritura Etrusca, en donde era representada como una L invertida. Posteriormente, se puede seguir su rastro hasta la letra Lambda o Lamda arcaica: Λ o λ. Por último, pasó al Latín en donde adquirió la forma a la que pasó al resto de las lenguas romances.

Valor fonético

Por lo general, la letra “l” representa en el Español un sonido consonántico sonoro, oral lateral y alveolar, siendo este la única realización con la que cuenta esta letra, la cual también es llamada en la fonética del Español como líquida.

Usos de la letra L

Así mismo, se pueden encontrar dos distintos usos de la letra L. Uno de ellos ocurre dentro de la Lengua española, mientras que el otro corresponde a su función como símbolo, el cual se da en varias disciplinas. A continuación, una breve explicación de cada uno:

En la lengua española

Por un lado, la “L, l” es reconocida como un grafema de la lengua española, la cual puede ser usado para la formación de palabras. En este sentido, puede anteceder a una vocal (loco, loro) encontrarse entre ellas (elefante) o de forma posterior (altura).

Como símbolo

Sin embargo, la “L, l” también puede ser usada como un símbolo, algunos de sus usos serían los siguientes: 

En Matemáticas es usado dentro del sistema de numeración romana, para representar el número 50 (L).

Por su parte, en Física, la letra L representa el símbolo de litro.

Etimología