Latín

Definición

Sustantivo masculino. El latín es una lengua de origen indoeuropeo, parte del subgrupo itálico, mismo al que un buen número de lenguas que se hablan en la península Itálica se encuentran ligadas en etapas muy remotas, y que a su vez son lenguas hermanas del latín que terminaron por extinguirse por efecto de la gran expansión de ésta, como el falisco, el osco y el umbro. Proviene del itálico (o proto-italiana o paleo-italiano) y es el origen de varios idiomas romances como el español, italiano, rumano, gallego, catalán y francés. El latín es considerado como una lengua clásica, lo cual quiere decir que es estandarizada, autónoma e histórica, mas  no vital.

Etimología

Este vocablo en su etimología proviene del adverbio latino «Latīne», que significa ‘latinamente’ y se utilizaba en frases como ‘Latine loqui’ (“hablar en latín”), para en seguida pasar a designar la denominación de la lengua misma. Otro detalle de este adverbio es que se desprende a la vez con el formante adverbial ‘-e’, propio del adjetivo ‘Latinus-a-um’, que significa “latino o del Lacio”, procedente con sufijo de relación ‘inus’ del término ‘latium’, el cual es el primer nombre que recibió la pequeña zona central de Italia, donde resalta la ciudad de Roma y de allí se desarrolló el latín como lengua.

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El latín surgió específicamente en el Lacio una provincia pequeña ubicada en el centro de Italia. Empezó por ser un dialecto hablado en Roma y con el tiempo ganó gran relevancia gracias a la expansión romana y se oficializó como la lengua propia del imperio casi por todo el continente europeo, y en la región septentrional de África, a la par que el griego. Así mismo se impuso como lengua oficial a las provincias invadidas. El latín se siguió hablando en la edad medieval y la moderna, se extendió hasta la moderna y se mantuvo como dialecto científico hasta medianos del siglo XIX.

Aunque actualmente no es al lengua materna ni vernácula de ninguna comunidad de habla y sólo se habla por un pequeño número de personas en el Vaticano por tradición canónica, muchas de las palabras del español son prestamos latinos y la nomenclatura científica para clasificar especies, sustancias químicas  y tecnicismos se forman mediante el léxico latino. Ya que fueron los romanos fueron los creadores de la iura romana, es normal encontrar abundante léxico y fórmulas del derecho en latín.

A pesar del afán expansionista del imperio, la lengua griega que ya se había asentado en el mediterraneo, no logró ser desplazada por el latín durante un largo periodo de tiempo. De hecho, los clásicos de la literatura latina  muestran una gran influencia de la métrica y los parámetros de la literatura griega, también se nota un calco en sus temáticas y recursos retóricos. La literatura latina solo adquirirá un carácter propio hasta el año 80 a. c momento en el cuál empezó la época de Oro y surgieron figuras destacadas como Catulo, César, Ovidio, Cicerón, Virgilio, Horacio, Tito Livio, etc; este periodo se extendería hasta el año 14 a.C.

Tras la ruptura del impero, la lengua latina se mezcló paulatinamente con las lenguas vernáculas sobre las que se impuso pero que no logró desplazar del todo; se dice que este fenómeno sociolingüístico originó las lenguas romances, no obstante hay teorías contemporáneas que lo refutan (ver: lenguas romances).

En el Imperio Romano convivían dos tipos de latín en un fenómeno diglósico: un latín culto, actualmente denominado clásico y usado en la literatura, y uno vulgar, usado por los soldados y en contextos locales. Este último latín fue el usado por la iglesia católica para enseñar el evangelio ( La Vulgata latina). Fue gracias a la iglesia y a los intelectuales de la edad media (en la época patrística – s. II- s.V) ) que el latín pudo preservarse pero oscilando entre sus formas cultas, empleadas por los intelectuales, y las formas vulgares, en las que estaban escritos los evangelios; algunos de los autores sobresalientes de esta época son Ambrosio, San Agustín de Hipona, Lactancio, tertuliano y Cipriano.

El latín sobrevivió por muchos más siglos siendo empleada en universidades y claustros, fue la lengua empleada para escribir sobre filosofía, teología, derecho y ciencias naturales; ello permitía que pensadores, estudiantes y maestros de distintas nacionalidades y con distintas lenguas maternas, pudieran desplazarse por el territorio europeo y establecer comunicación. El uso del latín en estos contexto académicos decayó en los albores del renacimiento; Petrarca, Dante y Boeccio alternaban el uso del latín con sus lenguas vernáculas. Posteriormente pensadores como Copérnico, Galileo, Decartes y Erasmo usarían únicamente sus lenguas maternas. El latín dejó de usarse como lengua de producción intelectual en el siglo XVIII. 

Usos y aplicaciones de latín

Es el nombre de la lengua clásica usada en el Imperio Romano y que dio origen a las lenguas romances.

Así como las otras lenguas indoeuropeas, el latín siempre ha sido una lengua que pudiera catalogarse como flexiva de índole fusional, con un nivel más elevado de síntesis nominal que las lenguas romances que podemos encontrar en el presente, misma en la que predominaba la flexión a través de sufijos, mezclada en algunos casos con el empleo de preposiciones.

El latín presenta una característica muy peculiar y es que pesa sobre este idioma toda una tradición de magia, desde la Edad Media, cuando se empezó a usar para denominar especies, aparte de ser el idioma propio de las artes alquímicas y de la necromancia. Es por ello que muchos conjuros y oraciones esotéricas se encuentran escritos en latín.

Por Laura Merchán (con revisiones y ampliaciones posteriores)

Bibliografía ► Definiciona.com (18 mayo, 2014). Definición y etimología de latín. Recuperado de https://definiciona.com/latin/