Sacarosa

Los cristales propios de la sacarosa, toman un tono blanquecino, debido al efecto de la difracción lumínica. Se le considera el edulcorante más famoso del mundo, por lo que se le añade a diversas comidas y bebidas, desde un café, un jugo, un panecillo, etc.

Se ha podido evidenciar cabalmente, que las personas en la actualidad, consumen exageradas cantidades de sacarosa, lo cual se ve muy reflejado en su estado físico y de salud. La mayoría de productos del mercado están sobrecargados de sacarosa y eso ha conllevado que ahora sea algo raro, ver a alguien delgado y atlético.

Los galenos advierten acerca del peligro de la diabetes, por la ingesta indiscriminada de sacarosa, en especial en los refrescos gaseosos. Esto también conlleva a que se desencadenen otros problemas como la obesidad, la caries, el bajo cociente intelectual, la poca capacidad de concentración, la adicción, etc.

Empero, la sacarosa es necesaria para el organismo, sólo que en dosis moderadas y de procedencia natural, como de las frutas y vegetales. Se trata de uno de los elementos que más aporta energía al cuero. El cerebro es el órgano que se ve más directamente afectado, con su ingesta diaria, tornándose más activo.

La sacarosa resulta crucial en el desarrollo de los primeros años de formación en la infancia, puesto que desempeña un papel trascendental en la generación de los tejidos. Inclusive, en la etapa adulta, tanto en personas como en animales, es necesaria para que se produzca una cicatrización efectiva de cualquier herida.