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Definición
Sustantivo femenino. Es un organismo o un establecimiento que puede ser pública o privada, cuyo objetivo o propósito es la adquisición, conservación, estudio y posteriormente, la exhibición de los libros, materiales impresos y documentos. Mueble o estantería en donde se ponen y se organizan los libros.
Etimología
Esta palabra en su etimología proviene del latín ‘bibliothēca’ y a su vez, del griego ‘βιβλιοθηκη’ (bibliothēkē).
Según la historia oficial, en Grecia se vieron las primeras bibliotecas. Sin embargo, se han encontrado algunas tablillas muy antiguas y textos en papiros, en los que se mencionan bibliotecas de los egipcios y los mesopotámicos.
La famosa y magna biblioteca de Alejandría, se erigió por los griegos en el siglo III antes de Cristo, autoría de Tolomeo II, quien tenía la intención de que se albergara allí la enorme riqueza de conocimientos, que según los expertos, contenían saberes que hubiesen podido hacernos evolucionar como especie unos mil o dos mil años adelante, en comparación de cómo estamos en la actualidad. Empero, la quemaron y destruyeron.
Bajo el imperio de Ptolomeo VIII, en el 145 a.C., sucedió una de las barbaries más siniestras de la humanidad: se empezaron a perseguir a todos los intelectuales y sabios de Alejandría, que fue acabando gradualmente con la biblioteca, hasta que Julio César el romano, la terminó por incendiar en el año 48 a.C., desapareciendo una cantidad invaluable de ciencias y conocimientos prodigiosos.
Por su parte, los romanos también fundaron sus propias bibliotecas, como la Octaviana y la Palatina, autoría del emperador Augusto. Posteriormente, el emperador Trajano erigió la Ulpiana y otra de las más eminentes, fue la de Constantinopla, a manos del emperador Constantino. Pero lamentablemente, las invasiones bárbaras arrasaron con éstas y algunos libros fueron salvaguardados por los monjes benedictinos en sus claustros.
Cuando se desarrolló la imprenta, el pensamiento ya no fue plasmado en manuscritos exclusivamente y comenzó a satisfacer las ansias de saber de la humanidad, pues era sólo un lujo de las clases sociales más altas.
En el presente, la tecnología informática ha sido la gran revolución del conocimiento, pues en el ciberespacio se albergan nutridas bibliotecas virtuales, mismas a las que se puede acceder fácilmente desde internet, sin que existan en ningún lugar físico. Aun así, las bibliotecas convencionales continúan funcionando en muchas partes del mundo, pero es innegable el traslado hacia lo digital, en materia educativa y de investigación.