Etimología

Esta terminología se deriva del griego y se compone del vocablo ‘epi’, con el sentido de “sobre o encima”, junto con el sustantivo ‘demos’ (población) y la voz ‘logos’, que significa ciencia o estudio. Por lo tanto, la acepción etimológica de esta palabra es el estudio que se realiza de los habitantes de alguna región, con respecto a los asuntos de salubridad y enfermedades.

La idea de salud es totalmente opuesta a la de enfermedad. Se comprende como un estado de bienestar del cuerpo, de la mente y de las relaciones sociales, en virtud de aspectos que resultan cruciales en la vitalidad de un individuo, tales como la edad, su situación económica, nivel académico, sexo, entre otros.

Quizá, la función de mayor relevancia de la Epidemiología, consiste en especificar con qué frecuencia se presentan los patrones y tendencias vinculadas con la enfermedad. En concreto, se le denomina marcadores de riesgo, a todos los aspectos que se relacionan con un riesgo más grande de que se desarrolle alguna patología específica, mismos que no pueden ser alterados, ni evitados.

Por otro lado, se encuentran los factores de riesgo, que sí pueden ser controlados e impedidos, antes  de que aparezca el mal en el organismo.

Desde la mirada de algunos científicos, si un grupo de individuos se expuso a un factor de riesgo, representan en sí otro factor de riesgo para la demás población. No obstante, para otros investigadores, aparte de tener en cuenta la exposición al factor, también consideran el grado de vulnerabilidad de cada persona, por ende catalogan la población de riesgo, como aquella que se diferencia por un riesgo de mayor proporción de desarrollar una enfermedad, como resultado de una vulnerabilidad mayor, o por la influencia de un factor explícito, o incluso, por las dos circunstancias.

Clasificación de la epidemiología

Ecoepidemiología: investiga las relaciones que existen entre las comunidades de personas, el medio ambiente y las poblaciones integradas por otros seres, para conocer la manera en que se producen las enfermedades, o cómo se transforman y distribuyen, en virtud de estas relaciones.

La epidemiología analítica: a través de procesos de observación y de distintos experimentos, pretende determinar asociaciones de causalidad entre los habitantes y sus hábitos, con las patologías predominantes. El resultado ofrece una probabilidad, basada en factores de riesgo concretos, relativos o totales.

La epidemiología descriptiva: su enfoque radica en identificar la frecuencia y distribución de una determinada patología en una comunidad, sitio y tiempo, con relación a parámetros como la letalidad, la prevalencia y la incidencia.

Epidemiología experimental: su objetivo consiste en tomar el control de las condiciones de una comunidad específica, para obtener análisis de mayor complejidad, que las derivadas por la sola observación.