Etimología

Con respecto a su etimología, la palabra Internet es reconocida por los especialistas como el nombre registrado, es decir, la marca de este sistema de redes globales. Así mismo, este nombre es una palabra del inglés, que el Español toma en préstamo, y que está conformada por dos partículas:

• Inter-, que vendría siendo la abreviatura de la palabra en inglés Internacional.
• Net-, la cual por su lado estaría siendo la forma corta de Network, es decir, red de trabajo.

Por ende, Internet significa directamente Red internacional de trabajo.

Género de la palabra Internet

Aun cuando su uso más extendido es masculino, es decir, se asume que la palabra “Internet” debe ser acompañada por un artículo masculino “el”, algunas comunidades lingüísticas del Español asumen esta palabra como un sustantivo femenino, por lo que entonces la acompañan de un artículo femenino “la”. Cualquiera de los dos usos es tomado como correcto.

Impacto del Internet

Según señalan los distintos textos históricos, el origen de Internet puede ubicarse en el año 1969, cuando en California, Estados Unidos, tres universidades, que participaban de un estudio, lograron conectar simultáneamente tres computadores, red que recibió en ese momento el nombre de ARPANET.

No obstante, desde ese momento a finales de los años sesenta del siglo XX hasta ahora, el crecimiento del Internet ha sido exponencial, calculándose que para principios del siglo XXI al menos un tercio de la población usa, y de hecho depende casi por completo del Internet.

En este sentido, es necesario aclarar también que el uso del internet no se refiere tan solo al uso el conjunto de protocolos www (World Wide Web) el cual permite ubicar archivos específicos de hipertexto, sino que esta red se erige como algo realmente útil en la vida cotidiana, habiéndose convertido entonces en piedra angular en las telecomunicaciones (radio, televisión, correo, telefonía), educación (tele-educación, blogs, libros digitales, intercambio de archivos), seguridad (intercambio de datos, sistemas de seguridad), comercio (intercambio de mercancías, pagos virtuales), finanzas (transacciones financieras y bancarias, inversiones, estudio de mercados, intercambios).

Por ende, para el siglo XXI, el Internet se ha convertido en una red global de intercambio y almacenamiento de información, por medio de la cual la sociedad industrializada establece medios de producción y relaciones de poder, que también han evolucionado a la par de esta red, y las distintas situaciones que ella plantea.

Redes sociales

Más allá de los usos prácticos de Internet, en cuanto a sus alcances tecnológicos y de telecomunicación, esta red de comunicación e intercambio de datos también ha originado un impacto social bárbaro, que incluso ha ocasionado el surgimiento de nuevas relaciones y dinámicas sociales, siendo quizás la máxima expresión de esto las redes sociales.

En consecuencia, estas aplicaciones que permiten al individuo entrar en contacto con personas conocidas y desconocidas, establecer relaciones de amistad, amor o incluso enemistad, con personas que conocerá después en persona, o incluso nunca, han generado un espacio virtual de intercambio, que de alguna manera le permite al humano viajar y devenir sin siquiera moverse de su silla, haciendo que cada una de las personas que usan estas apps tengan una existencia semidoble, pues a un tiempo existe en la vida real, y a otro tiempo en lo virtual.

Así mismo, es necesario resaltar que en esta vida doble se genera otro fenómeno, y es que no todas las personas manejan la misma personalidad en estos dos estados en donde ahora el internet permite al humano interactuar, es decir, en lo real y en lo virtual. Por ende, algunos individuos crean toda una personalidad o alter ego para relacionarse en las redes, de ahí un poco el riesgo de interactuar en esta dimensión, sin tener en cuenta este fenómeno.

No obstante, más allá de los riesgos de terminar enredado en las redes, en verdad, las redes sociales constituyen un verdadero fenómeno social y tecnológico, a través del cual se va alimentando y fortaleciendo la aldea global, en donde se crean, debaten, intercambian y deciden muchas de las tendencias e ideas que influyen en el mundo actual industrializado. De ahí, su inmenso valor e impacto.