Claustrofobia

Etimología

Con respecto a la etimología de esta palabra, las distintas fuentes han señalado que la voz “claustrofobia” se origina de una partícula compuesta por raíces latinas. Siendo entonces compuesta, se revisarán cada una de estas voces por separado:

Claustro-, esta partícula se origina de la raíz latina claustrum, la cual se puede traducir directamente como “cerrado”.

-fobia, así mismo, esta palabra del Español tiene en su constitución la partícula “fobia”, la cual proviene del griego φόβος, el cual se traduce literalmente como “miedo”.

¿A qué le teme la persona con claustrofobia?

De acuerdo a lo que señala la Psiquiatría, la Claustrofobia es definida como el pánico o miedo exacerbado a los espacios cerrados. Sin embargo, algunos especialistas son enfáticos en resaltar que este trastorno de ansiedad en realidad no enfrenta tanto al ser humano con el miedo a este tipo de espacios, sino a la creencia de que algo malo le ocurrirá en ellos, o que simplemente no podrán salir de ellos cuando su voluntad se lo dicte.

De esta manera, la persona con claustrofobia no sólo padece el pánico que le produce estar en lugares cerrados, sino que se enfrenta también a los problemas sociales y cotidianos que pueden originarle su miedo. Al respecto, por ejemplo, una persona afectada con este trastorno de ansiedad, puede preferir subir veinte pisos por escalera, que hacerlo por ascensor, para así no correr el riesgo de quedarse encerrado.

Con respecto a qué es aquello a lo que realmente le teme la persona aquejada con claustrofobia, los expertos toman este ejemplo del ascensor, y señalan, que el individuo prefiere subir por las escaleras, aun cuando también sea un espacio estrecho, porque no existe el miedo a la imposibilidad de no poder salir cuando se quiera. Por el contrario, el ascensor está ligado a la idea de encierro, y también a la posibilidad de quedarse sin aire.

Otro miedo bastante frecuente en las personas con claustrofobia es el de  ser sepultados vivos, lo cual no sólo incluye el miedo a estar encerrados en un lugar en donde no hay suficiente espacio ni aire, y en el cual de seguro fallecerán. Por ende, las personas con este trastorno evitan, además de los ascensores, los túneles, cuevas, metro, los espacios pequeños, e incluso el realizarse una Resonancia Magnética, por temora la cámara en donde se deben introducir para tomarse este examen.

Síntomas de la Claustrofobia

De acuerdo a lo que señalan los textos especializados, al menos de seis a ocho por ciento de la población mundial padece este trastorno de ansiedad, el cual además de basarse simplemente en el miedo al espacio cerrado, está acompañado también de una serie de síntomas físicos, que en verdad constituyen una experiencia bastante desagradable para quien viva alguno de estos episodios. Algunos de ellos son los siguientes:

Palpitaciones, Sudoración, Taquicardia, Mareos, Náuseas, Hiperventilación, Temblores, Ataques de pánico, Desmayos, entre otros.

Además de estas desagradables sensaciones, las personas con Claustrofobia experimentan durante su crisis momentos de frenesí, en donde tan solo desean salir desesperadamente del lugar que les afecta, lo cual puede hacer que se presenten un poco alterados, agresivos, o que incluso en su angustia, no tomen las medidas necesarias y puedan sufrir accidentes.

Tratamiento y terapia

Si alguien padece de claustrofobia, debe saber que es factible superar ese estado con un tratamiento especializado. Muchas personas en la actualidad sufren de esta y de otras fobias y se sienten desesperadas al no encontrar una cura. Los expertos indican que lo más conveniente es que estas personas no sufran en soledad y hagan saber su condición tanto a familiares, como a médicos.

Se estima que el tratamiento psicológico es el más eficaz para poder comprender y exterminar un miedo infundado. Se encuentran en la actualidad diversas clases de psicoterapia, pero los estudios han llevado a deducir que una de las más poderosas terapias es la del tipo cognitivo-conductual, cuyo objetivo es la intervención profesional con énfasis en los cambios mentales, que implican la manera de pensar, de sentir y de percibir, elementos que determinan el comportamiento humano.

Psicoterapia

Es la manera más frecuente de tratar la claustrofobia.  Involucra técnicas de relajación y de exposición, mismas que científicamente han sido probadas y han demostrado una alta eficacia. La denominada técnica de exposición se usa para entrar en un proceso de desensibilización paulatino, que funciona exponiendo al individuo de modo gradual, ante un estímulo que le cause la fobia y desencadene las habilidades de atrofiamiento con mayor utilidad. Los profesionales en este campo insisten en que lo mejor es combinarla terapia psicológica con un tratamiento farmacológico.

Las técnicas de tratamiento más frecuentes

Relajación, meditación y visualización: ideales para trascender el temor cuando se enfrenta a un ambiente claustrofóbico.

La terapia cognitiva-conductual: es una táctica de aprendizaje que tiene como meta controlar toda la desbordada cantidad de pensamientos que atacan la mente ante una determinada circunstancia, caracterizada por generar miedo.

Psicofármacos

En determinados casos, el especialista en psiquiatría tiene la opción de recetar fármacos que minimicen el temor y la sintomatología relacionada con la claustrofobia, dentro de los que se resaltan los sedantes y antidepresivos como tal. Estos productos químicos no permiten la curación, pero en combinación con a terapia obtienen muy buenos resultados.