Autoestima

Definición

La autoestima es la valoración y estima que una persona tiene, o que debe tener para consigo misma. No se trata de un acto de orgullo o de narcicismo, pero tampoco de un estado de infravaloración de sí. Dicha valoración, por lo general positiva de sí mismo, implica varios aspectos, pensamientos, percepciones e, inclusive, modos de actuar que favorecen la estima hacía si mismo.

Etimología

La palabra «autoestima» se deriva del prefijo griego «auto-» que significa «uno mismo» y la palabra latina «aestimare» que significa «valorar». Por lo tanto, la palabra «autoestima» significa literalmente «valoración de uno mismo». La raíz etimológica de «auto-» se encuentra en el idioma griego, mientras que la raíz etimológica de «aestimare» se encuentra en el latín. «Auto-» se relaciona con palabras como «automóvil» y «autónomo», mientras que «aestimare» se relaciona con palabras como «estimar» y «estimación».

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Esta terminología se utiliza para describir la valoración que una persona tiene de sí misma, incluyendo su autoimagen, autoconfianza y autorespeto. La autoestima puede ser influenciada por una variedad de factores, incluyendo la educación, la cultura, la religión, la familia y las experiencias personales.

La autoestima es una forma de aprecio para consigo mismo e implica cuidados hacia sí mismo. Por ejemplo; de la forma en la que uno cuidaría a alguien querido o llevaría a cabo acciones para que esa persona no se enfermara, y tuviera bienestar afectivo, económico, familiar, laboral, etc., de esa misma forma funciona la autoestima orientada a la persona en sí.

Un ejemplo de autoestima, en este sentido, es comer saludablemente para no tener enfermedades. En el colegio, en la universidad, o en el trabajo, una forma de autoestima es tener buenas relaciones con las demás personas, dando por descontado que esto se reflejará en nuestro bienestar social. Como vemos, la autoestima está lejos de referirse a un comportamiento narcisista o un sentimiento de orgullo. También es diametralmente opuesta a un sentimiento de inferioridad, de ánimo decaído, de tristeza o de ineptitud. Si se quiere, la autoestima es una forma de equilibrio en todas las instancias, partiendo del hecho que en la mayor de las veces ese equilibrio es lo que va a reflejarse en bienestar para la persona.

Los efectos negativos de una baja autoestima

En primer lugar, una baja autoestima puede afectar nuestra salud mental. Las personas con baja autoestima son más propensas a experimentar síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Además, pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables con los demás, lo que puede aumentar su sensación de aislamiento y soledad.

La baja autoestima también puede influir en nuestras decisiones y comportamientos. Las personas con baja autoestima a menudo tienen una visión negativa de sí mismas y pueden sentir que no son lo suficientemente buenas o merecedoras. Esto puede llevarlos a tomar decisiones poco saludables, como permanecer en relaciones tóxicas o aceptar trabajos que no les satisfacen. También pueden tener dificultades para establecer límites saludables con los demás, lo que puede afectar su autoestima aún más.

Otro efecto negativo de una baja autoestima es que puede dificultar el establecimiento y logro de metas. Las personas con baja autoestima pueden sentir que no son lo suficientemente capaces o talentosas para alcanzar sus objetivos, lo que puede llevarlos a evitarlos o posponerlos. Como resultado, pueden sentirse frustrados y desanimados, lo que puede empeorar su autoestima.

Una baja autoestima puede afectar nuestra salud física. Las personas con baja autoestima a menudo tienen dificultades para cuidar de sí mismas adecuadamente, lo que puede llevar a un estilo de vida poco saludable. Pueden tener una alimentación poco saludable, no hacer suficiente ejercicio y tener malos hábitos como fumar y beber en exceso.

¿Cómo influyen los pensamientos en nuestra autoestima?

Los pensamientos pueden tener un gran impacto en nuestra autoestima. Si nuestros pensamientos son negativos, críticos o autocríticos, es probable que tengamos una baja autoestima. Por otro lado, si nuestros pensamientos son positivos, realistas y autocompasivos, es probable que tengamos una autoestima saludable.

Un ejemplo común de cómo los pensamientos influyen en nuestra autoestima es el fenómeno de la autocrítica. Las personas que se critican a sí mismas de forma constante, pueden desarrollar una baja autoestima. Si una persona se critica constantemente por errores pequeños o características personales, es probable que termine sintiéndose insegura y poco valorada.

Otro ejemplo de cómo los pensamientos influyen en nuestra autoestima es el fenómeno de la rumiación. Las personas que rumian o se preocupan demasiado por eventos pasados o futuros pueden desarrollar una baja autoestima. Si una persona se preocupa constantemente por eventos pasados o futuros, es probable que se sienta ansiosa y poco valorada.

Por otro lado, las personas que tienen pensamientos positivos y realistas sobre sí mismas tienden a tener una autoestima saludable. Si una persona se enfoca en sus fortalezas y logros, es probable que se sienta confiada y valorada. También es importante tener pensamientos autocompasivos, lo que significa tratarse a uno mismo con amabilidad y comprensión, especialmente en momentos de dificultad o fracaso.

Entonces, ¿cómo podemos mejorar nuestra autoestima a través de nuestros pensamientos? Una forma de hacerlo es a través de la práctica de la atención plena y la meditación. La atención plena puede ayudarnos a identificar nuestros pensamientos autocríticos y reemplazarlos por pensamientos más realistas y autocompasivos.

También podemos trabajar en mejorar nuestra autoestima al desarrollar una perspectiva más objetiva y realista de nosotros mismos. Es importante reconocer nuestras fortalezas y debilidades, y ser realistas acerca de lo que podemos lograr. En lugar de compararnos con otros, podemos centrarnos en nuestro propio crecimiento y progreso.

¿Cómo mejorar la autoestima en la vida cotidiana?

Identifica tus fortalezas y habilidades: Todos tenemos fortalezas y habilidades únicas. Identificar y enfocarse en ellas puede aumentar nuestra autoestima y hacernos sentir más seguros de nosotros mismos. Piensa en tus habilidades y fortalezas y enfócate en ellas para lograr tus metas.

Aprende a aceptar y abrazar tus imperfecciones: Todos cometemos errores y tenemos imperfecciones. En lugar de criticarte por ellos, aprende a aceptarlos como parte de quién eres. Aprender a abrazar tus imperfecciones puede hacer que te sientas más cómodo y seguro en tu propia piel.

Rodéate de personas positivas: Las personas con una actitud positiva y alentadora pueden tener un efecto positivo en nuestra autoestima. Busca amigos y familiares que te apoyen y te hagan sentir bien contigo mismo. Elimina las relaciones negativas que te hagan sentir mal contigo mismo.

Practica el autocuidado: Practicar el autocuidado puede mejorar nuestra autoestima. Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como hacer ejercicio, dormir bien, comer de manera saludable y tener pasatiempos que te gusten. Incluso pequeñas cosas como darte un baño relajante o disfrutar de una taza de té caliente pueden ayudar a mejorar tu estado de ánimo y autoestima.

Crea metas realistas y alcanzables: Establecer metas realistas y alcanzables puede ayudarte a sentirte más motivado y aumentar tu autoestima. Trabaja en objetivos específicos y manejables y celebra tus logros a medida que avanzas.

Practica la gratitud: Tomar el tiempo para reconocer y apreciar las cosas positivas en tu vida puede ayudarte a desarrollar una perspectiva más positiva y aumentar tu autoestima. Dedica tiempo cada día a reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido, por pequeñas que sean.

El papel de la autoestima en las relaciones interpersonales

En primer lugar, tener una autoestima saludable nos permite establecer límites claros en nuestras relaciones interpersonales. Cuando tenemos una autoestima baja, podemos tener dificultades para decir «no» o defender nuestras necesidades. Por otro lado, una autoestima saludable nos permite comunicar nuestras necesidades de manera clara y establecer límites saludables en nuestras relaciones.

Cuando la autoestima es apropiada, nos permite establecer relaciones equitativas. Cuando tenemos una autoestima baja, podemos sentirnos inferior a los demás en nuestras relaciones y permitir que se nos trate de manera injusta. En cambio, cuando tenemos una autoestima saludable, somos capaces de establecer relaciones equitativas donde los límites, las responsabilidades y las expectativas son claras para todas las partes involucradas.

Otro papel importante que juega la autoestima en las relaciones interpersonales es que nos permite ser más asertivos. Cuando tenemos una autoestima saludable, somos más propensos a expresar nuestras opiniones y sentimientos de manera clara y directa, lo que nos permite tener conversaciones más productivas y profundas con los demás.

También es importante destacar que una autoestima saludable nos permite ser más empáticos y comprensivos con los demás. Cuando estamos seguros de nosotros mismos y nos valoramos a nosotros mismos, somos más capaces de comprender las necesidades y perspectivas de los demás, lo que nos permite tener relaciones más fuertes y duraderas.

Para mejorar nuestra autoestima en el contexto de las relaciones interpersonales, es importante practicar la autoaceptación y la autocompasión. Debemos aprender a aceptarnos a nosotros mismos tal como somos y reconocer que todos tenemos fortalezas y debilidades. Además, es importante ser compasivos con nosotros mismos y reconocer que somos seres humanos imperfectos que cometen errores.

Conviene rodearnos de personas positivas que nos apoyen y nos hagan sentir bien con nosotros mismos. Las relaciones saludables se basan en la confianza, el respeto y el apoyo mutuo, por lo que debemos buscar relaciones que nos hagan sentir valorados y respetados.

Los riesgos de una autoestima demasiado alta y cómo evitarlos

Una autoestima demasiado alta puede llevar a la arrogancia y la presunción. Cuando nos valoramos en exceso, podemos creer que somos superiores a los demás y no podemos equivocarnos. Esto puede llevar a comportamientos egocéntricos y una falta de empatía hacia los demás. Asimismo, una autoestima demasiado alta puede hacer que nos sintamos invencibles y no veamos la necesidad de aprender de nuestros errores.

Otro riesgo de una autoestima demasiado alta es que puede ser frágil y fácilmente dañada. Cuando nos valoramos en exceso, nos sentimos vulnerables ante cualquier crítica o fracaso. Esto puede llevar a una necesidad constante de validación y a sentirnos inseguros y ansiosos si no recibimos la atención y el reconocimiento que creemos merecer.

Sumado a lo anterior, una autoestima demasiado alta puede llevar a la arrogancia y la falta de humildad. Cuando creemos que somos los mejores en todo, no estamos abiertos a aprender de los demás o reconocer nuestras debilidades. Esto puede limitar nuestro crecimiento personal y profesional y hacernos perder oportunidades importantes.

Para evitar estos riesgos, es importante cultivar una autoestima saludable y realista. Debemos aprender a reconocer nuestras fortalezas y debilidades de manera equilibrada y no basar nuestra autoestima en el éxito o el reconocimiento externo. En lugar de ello, debemos enfocarnos en nuestro propio crecimiento y desarrollo personal y establecer metas realistas para nosotros mismos.

Además, es importante practicar la humildad y la gratitud. Debemos reconocer que siempre hay algo nuevo que aprender y estar abiertos a las opiniones y experiencias de los demás. También debemos ser agradecidos por lo que tenemos en lugar de enfocarnos en lo que nos falta.

Finalmente, debemos recordar que la autoestima no se trata de ser perfectos o superiores a los demás. Se trata de valorarnos a nosotros mismos y a los demás como seres humanos con fortalezas y debilidades. Al cultivar una autoestima saludable y realista, podemos evitar los riesgos de una autoestima demasiado alta y disfrutar de relaciones interpersonales más fuertes y positivas.

El impacto de la autoestima en el desempeño laboral y profesional

Una autoestima saludable y positiva puede ser un factor clave en el éxito y la satisfacción en el trabajo, mientras que una autoestima baja puede limitar nuestras posibilidades de crecimiento y desarrollo.

Si la autoestima es óptima, puede ser un factor importante en la toma de decisiones y la resolución de problemas en el lugar de trabajo. Las personas con una autoestima positiva tienden a tener más confianza en sí mismas y en sus habilidades, lo que les permite tomar decisiones más informadas y tomar riesgos calculados.

Se debe señalar que las personas con una autoestima saludable suelen ser más resistentes a la crítica y a los fracasos, lo que les permite aprender de sus errores y seguir adelante con más facilidad.

Al contar con una autoestima sólida, puede afectar la capacidad de una persona para relacionarse con los demás en el lugar de trabajo. Las personas con una autoestima positiva tienden a ser más seguras de sí mismas y a tener una presencia más fuerte en las interacciones sociales, lo que puede llevar a una mayor capacidad para liderar, colaborar y trabajar en equipo. Además, una autoestima saludable puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en el trabajo, lo que puede mejorar el bienestar emocional y físico de una persona.

Por otro lado, una autoestima baja puede limitar las oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional. Las personas con una autoestima baja pueden sentirse inseguro/»>inseguras y dudar de sus habilidades, lo que puede llevar a una falta de confianza en la toma de decisiones y en la capacidad de liderazgo. Además, las personas con una autoestima baja pueden tener dificultades para establecer relaciones sociales en el lugar de trabajo, lo que puede limitar su capacidad para colaborar y trabajar en equipo.

Para qué sirve la autoestima

La autoestima es capital en la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos y, por tanto, de la forma en la que obramos.
Un nivel óptimo de autoestima nos permite amar y ser amados, compartir en forma saludable y natural con los demás. La autoestima es primordial en la sana interacción con los demás, sin sentirse inferior ni superior.
La autoestima implica un conocimiento profundo o moderado de sí mismo, y de sus capacidades.

Bibliografía ► Definiciona.com (18 marzo, 2023). Definición y etimología de autoestima. Recuperado de https://definiciona.com/autoestima/